Central de inteligencia

Acostumbrado como estoy a discurrir por ambientes interneteros más o menos alienígenas, se me hace raro encontrar un foro en el que el casi obligatorio tema de presentación se omite. Por supuesto, quizás en este rincón, en el que más o menos, os conocéis todos, no sea tan necesario, pero como yo me hallo en mi habitual condición de extranjero en todos lados, se me ha ocurrido reeditarlo. Así que, tan poco original como siempre, abro este tema con el propósito de ir recopilando la información que a bien tengáis compartir sobre vosotros mismos (o desinformación, que de todo se aprovecha algo). De ahí el título, y mis disculpas si a alguien he confundido y esperaba hallarme en batalla a brazo partido con espías y traidores. No os impacientéis, para todo habrá tiempo.

Y como siempre he sido partidario de predicar con el ejemplo, ahí va mi tarjeta de visita:

Me llamo David. Probablemente algunos de vosotros me conozcáis como "el tipo calvo que da voces en la cafetería". Otros... Bueno, otros sencillamente no me conocerán. En mis expediciones por la hiperautopista de la hiperinformación (¡Híper!), acostumbro utilizar el seudónimo que veis algo más arriba. La historia de cómo lo adquirí es tan corta y falta de interés que probablemente os aburriré con ella cada vez que nos sentemos en la misma mesa, hasta que se os caigan las orejas. Lo cual me lleva, bastante naturalmente, a algunos rasgos de mi carácter que resulta interesante resaltar, sobre todo para evitar cruzarme con pasillos cortados por miradas torvas y escupitajos:

En primer lugar, como aviso para navegantes, soy particularmente vehemente en mis opiniones. Lo cual no quiere decir que sean inamovibles, sino más bien que disfruto enormemente defendiéndolas, a veces de las formas más sofísticas y rastreras imaginables, problema que se ve agravado porque tiendo a encontrar que mis argumentos son terriblemente ingeniosos, en especial cuando son insostenibles. En suma, puedo garantizaros que no, no soy un imbécil, pero aseguraros que voy a comportarme como tal mucho más a menudo de lo que me gustaría. En segundo lugar, tengo cierta tendencia a citar de memoria y recordar cifras aproximadas, así que lo más probable es que os encontréis con información dudosa afirmada con exactamente la misma seguridad que los hechos comprobados, pero, hey, el aplomo y la cara de póker son partes fundamentales de la filosofía. Por último, señalar que soy casi absurdamente entusiasta. Suelo estar de un buen humor casi insoportable, y no tomarme demasiado en serio casi nada (excepto a mi mismo, lamentablemente), así que ruego paciencia a quien se vea obligado a tratar conmigo sin la protectora capa del hiperespacio por medio.

Por otro lado, bueno, políticamente soy un izquierdista desatado en algunos aspectos (la propiedad privada irrestricta sigue provocándome sarpullidos), y bastante remilgado en otros (no me creo un sistema sin policía, por ejemplo). Un digno hijo de la clase media, en suma. Filosóficamente, que es lo que viene al caso, soy antitotalitarista. No creo que haya un sólo sistema de ideas que interconecte toda realidad (por eso algunos intentos de estudios "TODOALAVEZ" me parecen ridículos. Por ejemplo, la antropología). Respecto al hombre, estoy razonablemente seguro de que pertenece a la especie Homo Sapiens, y poco más. Nótese que que el tal homo será sapiens, pero no tiene por qué ser cogitans. Ni bueno, ni malo, ni egoista ni justo por naturaleza. Sencillamente, humano. Que ya no es poco.

En fin, hasta aquí he llegado. Dejo pendientes de desarrollo estas ideas, para futuras discusiones. El resto de mis opiniones, a las que he llegado a coger aprecio en el curso de los años, iréis llegando a odiarlas con el tiempo.

Buena suerte, y nos vemos en la Red